Unos días después de la amarga pérdida de Paco de Lucía, se nos presentaba la ocasión de aliviar las penas y alegrar los corazones disfrutando del arte y la gracia del inimitable Tomasito. El jerezano empezó recordando al maestro de Algeciras, como cada noche desde la triste noticia, para luego entregarse en su habitual despliegue de cante, de baile y de guasa que convierte cada cita con él en una fiesta.