A punto de cumplirse cinco años de su muerte, recordamos a la que probablemente haya sido la voz más importante de este siglo aún en ciernes: Amy Winehouse.
Una carrera brillante que muy pronto se vio truncada, una diva que nunca se preocupó por serlo, una artista de cualidades excepcionales que derrochó su talento pero, sobre todo, dilapidó su vida como si no hubiese un mañana, desoyendo las voces que la avisaban del peligro que conllevaba la agitada y caótica existencia que ella se empeñó en llevar hasta el final. Sin duda, era perfectamente consciente de caminar sobre una cuerda floja, irremediablemente abocada a un abismo del que ni pudo ni supo escapar. Quizá ni lo intentó, tal vez convencida de que es inútil empeñarse en llevar la contraria al destino cuando éste se te aparece tan cierto como inevitable, y ella parecía tener muy claro el suyo. Desgraciadamente, acabó uniéndose al fatídico Club de los 27.
Con solo dos álbumes, los imprescindibles Frank (2003) y Back to Black (2006), en su breve pero excelso legado musical abundan las referencias a esa tendencia autodestructiva y a la percepción consciente de su propio peligro – sobre todo para ella misma, algo especialmente patente en canciones como «You Know I´m No Good» (con ese honesto y esclarecedor estribillo: I cheated myself / Like I knew I would /I told ya, I was trouble / You know that I’m no good) o, por supuesto, la incontestable «Rehab«, donde reitera – no sin cierto humor – ese empeño de seguir su accidentado camino. Muestras evidentes de su enorme talento y su descarnada sinceridad, convertidas en melodías que ya forman parte de la historia de la mejor música.
En el recuerdo, además de su música, siempre nos quedará su imagen: esa difícil belleza que a menudo se apreciaba en sus poses y que llegaba a ser majestuosa sobre un escenario, más hermosa y radiante aún si la comparamos con la vulgar y hasta patética decadencia que otras veces nos llegaba a través de miradas empeñadas en mostrarnos sus miserias. Por supuesto, nos quedamos con esa cara luminosa de la artista y de la mujer, captada por el objetivo de Jennifer Rocholl en las imágenes que acompañan estas líneas – además, hemos querido reunir estas 40 fotos suyas que nos encantan para recordar a esta mujer singular y artista incomparable:
Y como siempre os recordamos, podéis seguirnos y encontrarnos donde siempre: