Durante los años setenta Led Zeppelin fueron los verdaderos amos, vendiendo más discos que nadie y realizando las giras más gigantescas y los conciertos más brutales, hasta que la pérdida de uno de sus miembros puso fin a la historia. Su paisano Michael Putland fue testigo con su cámara desde sus primeros pasos hasta sus últimos shows legendarios.
Robert Plant, Jimmy Page, John Paul Jones y John Bonham. Cuatro músicos brillantes, una carrera intensa con una ascensión fulgurante, un puñado de álbumes deslumbrantes y colosales giras de conciertos arrebatadores que tuvo un intempestivo y trágico final. Durante muchos años, nadie vendió más discos ni despachó más entradas para sus shows – y estamos hablando de la época en que las giras de las bandas empezaron a agotar los aforos de grandes recintos congregando a decenas de miles de personas, y con una competencia tan dura como los Who, los Faces, Pink Floyd o los mismísimos Stones. Y aunque su gloriosa historia, mil veces relatada y pormenorizada, se mezcla de forma oscura con las inquietantes leyendas que circulan en torno a sus hábitos y aficiones extramusicales, y con las acusaciones (más que fundadas) de expoliar a los viejos maestros del blues de forma descarada y no siempre reconocida, nada puede restarles un ápice de la importancia que tuvieron y tendrán siempre en la evolución del rock and roll.
Prácticamente desde los comienzos, allí estuvo para seguir siempre a los Zep el magistral Michael Putland, uno de los más célebres fotógrafos británicos que puede presumir de una larga y prolífica carrera captando música y músicos con su cámara – incluidos por supuesto, entre otros muchos, sus competidores antes mencionados, ya que es difícil echar en falta a alguien relevante en su vasto archivo, que va (literalmente) desde la A de Abba hasta la Z de Zappa. Michael retrató a la banda durante toda la década en ambos lados del Atlántico – de hecho, se trasladó a Nueva York para establecerse durante unos años, llegando a fundar allí la agencia Retna, aunque pronto regresaría a Londres para seguir capturando la escena musical, cosa que sigue siendo su principal dedicación, aunque últimamente más orientado al jazz, la música clásica o la world music.
Os dejamos con una amplia selección de instantáneas del maestro Putland mostrando cómo las gastaban los Zeppelin sobre un escenario – y más abajo, como banda sonora y visual, una lista con diez (+ 2)* de sus más impresionantes actuaciones en vivo, tanto en América como en Europa a lo largo de aquella majestuosa década en la que reinaron como la mayor banda de rock del mundo.
*Una propina, de la última reunión de Led Zeppelin – con Jason Bonham sustituyendo a su padre en la batería.
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