¿Quién no ha visto alguna vez la impactante imagen de Jimi Hendrix prendiendo fuego a su guitarra? Sin duda, es uno de los iconos del rock por antonomasia.
1967, California. Monterey Pop Festival. Entre el 16 y el 18 de Junio se reúnen más de 50.000 personas, algo inaudito hasta entonces, para ver en directo a varias de las grandes bandas del momento. En el tercer y último día del festival, precedido por The Who y presentado por su amigo Brian Jones, Jimi remató su espectacular actuación con algo nunca visto: si Pete Townshend ya había destrozado (como de costumbre) su guitarra, el además la iba a prender fuego. Como colofón de su actuación, que estaba cerrando con «Wild Thing«, Hendrix se arrodilla ante su Stratocaster y la besa antes de rociarla con gasolina y lanzarla una cerilla. La escena de la guitarra ardiendo en manos de Jimi mientras la golpea contra el escenario hasta hacerla añicos es algo difícil de olvidar para quien la haya visto.
Y allí estaba el objetivo de Jim Marshall para captar esa imagen que desde entonces es historia. Existen varias tomas, disparadas seguramente sin tiempo de pensar mucho, durante menos de un minuto de inesperada locura, pero esta es una de las más impactantes, con el batería tocando al fondo mientras Jimi aviva el fuego, provocando sonidos jamás escuchados y la estupefacción de los asistentes. Aquí quedó unido el destino de dos artistas que además, curiosamente, ya compartían nombre – aunque Jimi fue registrado primero como Johnny Allen Hendrix, más tarde sus padres cambiaron legalmente su nombre original por el de James Marshall. (Y aún hay un tercer James Marshall que algo tiene que ver con ellos, y esencial en la música del último siglo: pues sí, el de los amplis. Casualidades de la vida…)
Seguramente volveremos a hablar de Jim Marshall por aquí, mientras os dejamos un par de libros con sus mejores fotos de música y un par de vídeos sobre su trabajo. Y probablemente de Jimi Hendrix también volveremos a hablar, pero hasta entonces os invitamos a ver el documento de su show en Monterey.
Lástima que su talento se perdiera tan rápido. Eso sí, un presupuesto en guitarras….
Una pena perderle tan pronto, sí… Pero nos queda su música y su enorme influencia
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