Acaba de cumplir 72 años y sigue conservando esa presencia radiante y esa energía que ha hecho de ella la reina del soul. La hemos visto cambiar de imagen y de estilo infinidad de veces a lo largo de más de medio siglo, pero su voz sigue siendo única, inconfundible, inimitable. Hablamos, claro está, de la gran Aretha Franklin.
Entre las grandes damas del soul, Aretha siempre ha resplandecido con un brillo especial. Tal vez sean esas profundas raíces gospel que la marcaron desde sus primeras experiencias cantando, cuando aún era una niña, en Detroit junto a sus hermanas en la iglesia de su padre, el reverendo C.L. Franklin; o quizá su capacidad de producir magníficas composiciones propias al tiempo que lograba imprimir su toque personal en magistrales recreaciones de éxitos ajenos. Y no hay que olvidar su notable habilidad como pianista, injustamente eclipsada por su descomunal talento como cantante. A los 14 años ya había grabado su primer disco, y con 18 Columbia Records la fichaba para hacer de ella una estrella, algo así como la alternativa femenina a Sam Cooke (amigo de la familia y por entonces en RCA, quienes también trataron de contratarla – al igual que Berry Gordy, para su sello Tamla).
Su creciente éxito se vio desbordado con su cambio de compañía en 1967, iniciando en Atlantic Records su etapa más gloriosa, la de las canciones que la han hecho pasar a la historia y la de mayor identificación y compromiso con la causa racial, que hizo de ella uno de sus estandartes. Artísticamente tocó su techo durante los ’70, pero en las últimas décadas no ha dejado de grabar y actuar, a menudo con los más célebres artistas – de su generación y de las posteriores – conservando su lugar de privilegio dentro del mundo de la música. Ya sea en su esplendor juvenil – como en la foto de David Gahr, durante un paréntesis en una sesión de grabación para Atlantic – o en su no menos estupenda madurez – véase la imagen que aparece bajo estas líneas, obra de Thomas Whiteside – siempre recordaremos a Aretha Franklin como Lady Soul porque, entre todas las grandes del género, ella es la única reina.
Hemos querido hacer un pequeño recorrido por la carrera de Aretha en imágenes y también una selección de sus canciones más emblemáticas, como testimonio de la impagable aportación de esta enorme mujer a la música contemporánea.
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